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Mostrando entradas de enero, 2020

¿Eres pueblo o amigo?

Photo by  Public Domain Pictures  from  Pexels Esta pregunta surgió en mi corazón durante una lectura de la palabra en Deuteronomio 5:30-31.  Dios acababa de hablar al pueblo desde en medio del fuego y de la nube,  les dio lo que hoy llamamos los diez mandamientos y ellos temieron porque Él les había mostrado Su Gloria, y habían sobrevivido a ello, entonces le dijeron a Moisés que fuese él donde Jehová y que luego les dijera a ellos lo que le había hablado, a Dios le pareció bien pero luego, y esta es la clave, le dijo: “Diles que se vuelvan a sus tiendas , y tú quédate aquí conmigo ”.  No sé si usted comprende la magnitud de aquellas palabras,  aquél que se queda a su lado no nece sita “que un hermano se levante y le dé una palabra”. No, usted debe desear estar con Él, y entonces verá que su Santo Espíritu hablará directamente a su corazón. Quizá hablar de la intimidad con Dios al principio de nuestra vida cristiana  parezca tan arriesgado como hablar de matrimonio en la p

El deseo de ser el primero

Los puestos de autoridad tienen cierto atractivo, ejercer el mando, tener liderazgo, ser reconocido en un ámbito o lugar, que se reconozca nuestro esfuerzo en lo que hemos hecho y ser tratados con respeto. McClelland, un profesional en el ámbito de psicología nombró en 1989 a este cúmulo de necesidades “las necesidades de poder”, y Abraham Maslow, en su teoría de la pirámide de las necesidades, en la década de los 40’ ubicó estas necesidades en la cuarta categoría de la pirámide y la llamó “la necesidad de reconocimiento”.    Para muchos esta necesidad es tan importante que se toman la vida entera por satisfacerla, al costo que sea necesario, esforzándose, trabajando duro, preparándose, haciendo las cosas de manera correcta, así como también hay quienes lo hacen siendo déspotas, malvados, implacables, sin importarles el daño que hagan en otros.   En nuestra cultura actual, el ser una persona de autoridad, una persona reconocida, es símbolo de una p

Habitables

Photo by  Pixabay  from  Pexels Hay una situación bastante común con las amas de casa que seguramente todos hayamos vivido alguna vez, ya sea como hijos, esposos, o en carne propia (sí, si eres ama de casa te sentirás identificada, no porque sólo las mujeres pasen por ello, sino porque la mayoría de los hombres no suelen preocuparse demasiado de esa clase de detalles), así que, alguien llama y avisa que irá de visita a tu casa, lo primero que comienzas a pensar es en limpiar y ordenar la casa, lo cual puede ser estresante si la visita sucederá muy pronto, si vienen en la hora de la comida ¿qué vamos a preparar? ¿Hay comida suficiente? Y si es alguien de quien nos preocupa que tenga una buena impresión de nosotros. mucho más estrés puede sumarse, por ejemplo: los suegros, los Pastores, nuestros jefes de trabajo, etc. Logramos limpiar, preparar la comida, los niños se portaron bien, todo parece ser perfecto y la visita se fue con una sonrisa en la cara y, aunque nos queda limpi

¿Para qué oramos?

Imagen de Pixabay Vivimos en una era donde la satisfacción de los deseos propios es alabada y exaltada, donde nuestros sueños, metas y propósitos propios están por encima de cualquier otra cosa, y a cualquier costo las queremos conseguir. Lamentablemente, esto ha manchado de manera gigantesca a la iglesia de Jesucristo. “Si das tanto dinero esto sucederá”, “Si oras fervientemente esto se te cumplirá”, “Si crees o tienes suficiente fe, lo que tant o deseas, se te cumplirá”, “Si decretas o declaras algo tantas veces, el Señor verá tu fe, y concederá tu petición”, entre otras frases más, puedes escuchar en tantas iglesias y de parte de personas que dicen hablar de parte del Señor, y muchas veces, cegados por nuestros propios deseos de cumplir aquello que anhelamos, terminamos por obedecer aquello que tanto nos dicen, y muchas veces, encontramos que nuestra petición no es contestada, al menos no de la manera en que nosotros esperábamos. Imagen de Pixabay Sin embargo, no p

Corrección de Dios

Imagínese que vive con un experto en la mente humana, digamos (por ejemplo) que es psicólogo, conviven independientemente de su profesión porque antes que psicólogo es humano, pero existe un pequeño detalle, esa persona se ha preparado para analizar el comportamiento de sus pacientes y, aunque usted no sea su paciente, le será difícil en algunas ocasiones pasarse “el switch” y no darse cuenta de la forma en que actúa; así que, si entonces notara alguna conducta que puede ser dañina para usted podría decírselo, mucho más si siente aprecio hacia usted y, si es como la mayoría de las personas, no le va a ser agradable aunque le tenga mucho cariño, puede que le haga enojar que le muestren sus errores. Photo by  Craig Adderley  from  Pexels La Palabra de Dios dice en Juan 14 que El Padre nos daría [ a aquellos que recibimos a Jesús y le amamos ( vv.12, 15 y 17) ]  a otro Consolador, el Espíritu de verdad, para que estuviese con  nosotros por siempre  y habitara en nosotros, lo c

Bienvenido a nuestra mesa

Esta es una frase que me he adoptado cada vez que doy gracias por los alimentos, me gusta decirle “Espíritu Santo, eres bienvenido en mi mesa” aún cuando esa mesa sea hipotética y esté comiendo de pie en el cafetín de la universidad; comencé a usarla por sugerencia de mi papá tras contarme una experiencia sobrenatural de unos jóvenes cuando él era un adolescente, para resumir, habían pasado una noche llena de la Presencia de Dios y apenas les dio hambre fueron a comer y la Presencia de El Señor se fue de ese lugar, lloraron amargamente y preguntaron la razón hasta que El Precioso Espíritu Santo contestó “He aquí yo vine a vosotros y ustedes no me invitaron a su mesa”.   Photo by Cottonbro from Pexels Ustedes dirán “Él no necesita de alimento físico”, pero no se trata de convidarle de aquello que nos estamos alimentando, tiene mucho más que ver con la importancia que tiene Él en nuestras vidas y la conciencia que tenemos de Su Presencia.  Pablo, estando preso por la caus

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